Campesinado haitiano contra monsanto.
He de reconocer que hasta hace poco no tenía una opinión bien formada respecto a los transgénicos. Creo que el artículo no está bien enfocado porque apenas hace referencia en una sola línea al que para mi es el mayor problema de los transgénicos (contaminación por fertilizantes y pesticidas aparte): "Pronto, habrá sólo semillas de la Monsanto en Haití. Entonces, será el fin de la independencia de los agricultores". Las semillas no son universales, estan adaptadas a las características ambientales del territorio donde se han cultivado tradicionalmente. Si monsanto consigue a base de donaciones acabar con los fondos de semillas locales, les costaría mucho a los campesinos recuperar el volumen suficiente de semillas para prescindir de las transgénicas en el momento que lo decidan. Al final quedaría atados a los designios de una multinacional que no se caracteriza precisamente por ser una organización sin ánimo de lucro.
Quien piense que los transgénicos permitirán obtener suculentos tomates en etiopía o sabrosos kiwis en mongolia que me mande un ejemplo real donde se esté haciendo que estaré encantado de publicarlo, pero me temo que esa investigación no interesa más que a efectos publicitarios porque hay cosas más rentables, como la soja para la producción de piensos destinados a la alimentación de la voraz ganadería en los países desarrollados. Anda, ¿pero no era para los países pobres?. Bueno, los tomates sí.
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